La falta de confianza en los gobiernos y en las multinacionales, hace que sea más difícil abordar los grandes desafíos que nos esperan.
La desinformación y las teorías conspirativas están teniendo un impacto en la disposición de la gente a no vacunarse. Esto forma parte de una tendencia más amplia, respecto del rol de las redes sociales, los medios de comunicación y la desconfianza en las instituciones y en los gobiernos en general.
Sin dudas es un tema a discutir el próximo año y es un reto para las generaciones que han crecido con la red, encontrar nuevas ideas sobre cómo abordar el problema de la desinformación tan arraigado en Internet. Este problema requiere algo más que la innovación para solucionarlo.